
Desde la aparición del hombre ha existido la creencia de que el alma o espíritu puede dejar el cuerpo sin que éste muera y viajar por ahí, incluso a lugares lejanos (en la actualidad llamamos a eso soñar).
Pero eso fácilmente se puede refutar con un simple experimento: rete al supuesto viajante astral a que vea qué colocó Ud. debajo de su cama o de su librero (es recomendable poner un sobre con una foto o texto inusual, mejor si lo hace una tercera persona de cierta cultura).
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